El hábito se hace…
Un leve susurro…, un secreto…, una idea sin madurar…; quizás un sueño o una determinación, una meta u objetivo, unos pasos para conseguirlo, esta vez sí… pero ¿cómo?
Comenzar afirmando, por si lo dudabas, que el hábito sí hace al monje. Eso sí dentro de una comunidad donde conviva con la autodisciplina y las decisiones acertadas…
Entonces, ¿preparados para cambiar el mundo?, o mejor… ¿preparados para cambiar el destino?, pues lejos de filosofar, pasemos a los hechos, ¿te atreves?…
Comenzábamos el artículo con un susurro, con la petición de un secreto, pues es hora de hechos.
Mañana es un buen día…, exactamente a las 8 h., comienza el día con el convencimiento de que ya hemos empezado un cambio; quizás a eso de las 10 h. comiences la habitual clase de los lunes, pero esta vez no será igual, ahora existe una nueva energía vital, una proactividad olvidada que… moverá montañas, y también pequeños pasos hacia el éxito.
Quizás, a las 11 h. el docente te hable de algún contenido diferente y muestre la luz que necesitabas para el siguiente paso, que bien pudiera ser un método como el Kaizen, descubriendo cómo es posible la micro-mejora diaria basada en las pequeñas acciones…, quizás.
Después, a eso de las 13 horas, a punto de finalizar la clase, cuando pregunten: ¿alguien tiene alguna duda?, esa nueva energía te empuje de nuevo y no permitas terminar sin un compromiso de implicación, orientación o guía en tu nuevo camino.
Si te atreves a salir de tu “zona de confort” , quizás las estrellas se alineen y el mundo se detenga por un momento.
Quizás sí…
Por: Ismael
